La Luna
La Luna
es una de las representaciones del Eterno Femenino, encarna tanto
la feminidad de la mujer, como el lado femenino del hombre. Es la
madre que nos nutre, protege y mima. Es toda figura femenina que
aparece en nuestras vidas.
Es el eterno retorno. Es la señora del nacimiento y de la
muerte. Voluble
y cíclica, pero constante. Ella determina los ciclos que rigen
nuestro cuerpo y señala el momento del apareamiento y del parto.
Es como el agua, aparentemente débil, pero a la larga vence a la
sólida roca que encuentra a su paso.
Ejerce una energía magnética que mueve poderosas mareas
oceánicas -y perturbadoras mareas biológicas-. Por su fuerza
cambian los niveles de nuestras hormonas y también nuestras
actitudes. Su luz sirve para guiarse en la noche del tiempo y
también en la noche interior. Si la conoces te puede guiar a casa
igual que puede alumbrar tu consciencia. Es el inconsciente
personal y el colectivo.
Mágica y caprichosa, representa los sueños, las fantasías y
las ilusiones. Ella es todo lo que no se puede medir, pesar, ni
tocar y que, sin embargo constituye la esencia de la vida. La Luna
es el mundo de los sentimientos y las
emociones.
Sin la Luna la tierra bailaría caóticamente. Si nosotros no
sabemos asumir nuestro lado lunar nuestra vida también será un
caos. Si no conocemos e integramos constructivamente las pautas
lunares, seremos víctimas de nuestras propias emociones y las de
los demás; traicionaremos nuestros propios sentimientos, y es
probable que nuestro organismo no responda de la forma
adecuada.
La Luna influye, desde distintos aspectos, sobre nuestra
salud; determina el temperamento y la vocación, y da pistas muy
valiosas para el desarrollo
espiritual.
La Luna representa la nutrición y la alimentación como
sostén de vida, pero no sólo la física, sino también la emocional,
tan necesaria para una vida plena. La Luna pues, tiene mucho que
ver con el cuidado del cuerpo y las emociones, primer paso para
sentirnos bien con nosotros mismos y poder ser felices con los
demás. El respeto y el amor hacia los demás, bien entendido,
empieza por amarse y respetarse uno mismo. De lo contrario,
probablemente siempre estaremos necesitando a los demás para
cubrir nuestras propias necesidades o
carencias.
En la astrología, la Luna representa a la infancia. Es el
primer peldaño de la escalera evolutiva. Los siguientes planetas
representan las otras etapas de nuestra vida: Venus, la
adolescencia; Mercurio, la juventud; el Sol, Marte y Júpiter,
diferentes grados de madurez; y Saturno, la
vejez.
Si queremos evolucionar como individuos, tendremos que
desarrollar el lado positivo de cada planeta. En este sentido, los
planetas configuran una especie de escalera evolutiva que conviene
subir peldaño a peldaño, y que afecta a nuestro físico, mente,
psique y espíritu. En los primeros peldaños están los astros más
rápidos y en los últimos los más lentos o alejados del Sol. Así,
en el primer peldaño estaría la Luna, después Mercurio, Venus, el
Sol, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno, y Plutón. Esta
escalera evolutiva no se puede subir a saltos tenemos que subir el
primer peldaño, La Luna, para poder acceder a todos los
demás.
Vive con las
fases lunares
Cada una de las fases lunares influye de un modo diferente
en nuestra vida. Además, cada una es más favorable o menos a según
qué actividades. Presta atención a lo que viene a continuación y
aprovecha tus conocimientos en tu propio
beneficio.
Luna Nueva
El organismo esta mejor dispuesto para su desintoxicación. Por lo tanto, serán días favorables para emprender algo nuevo, sobre todo para abandonar hábitos y costumbres que pueden ser perjudiciales para nuestro organismo, como dejar de fumar. También son días bastante adecuados para quien quiera hacer un ayuno.
Psicológicamente hay más serenidad para superar cualquier
carencia o eliminar algo que haya en exceso. La Luna nueva también
produce grandes mareas biológicas, como la lluna llena, sin
embargo, puede haber mayor autocontrol, ya que la luz de la Luna
llena empuja a reacciones mas
viscerales.
Consejos: Dejar de fumar. Abandonar el
alcohol. Decir adiós a la bulimia. Formular un deseo para el
cuerpo, los sentimientos o el amor. Desprendernos de hábitos que
no sean de nuestro agrado.
Luna Creciente
A medida que la luna va creciendo en luz, el organismo
también está más dispuesto a crecer y expandirse. El cuerpo lo
absorbe todo en mayor cantidad o más
rápidamente.
Estos son días
apropiados para recuperar energías y recuperar fuerzas. El cuerpo
está más receptivo y preparado para asimilar todo cuanto come, se
bebe o se aplica por la piel. Por eso será más fácil engordar
comiendo lo mismo que en otras fases lunares. También podemos
recuperarnos con más facilidad de estados carenciales, por lo que
serán días óptimos para tomar vitaminas y minerales. Sin embargo,
si algo nos sienta mal o se produce una intoxicación por cualquier
motivo, puede ser más exagerada y difícil de eliminar que en otras
fases lunares.
Consejos: Hacer conservas. cortar el pelo
y uñas si se quiere obtener un crecimiento rápido. Aplicar pomadas
para la piel que está más receptiva. Elaborar ungüentos las flores
y frutos tienen más riqueza. Las bebidas alcohólicas empiezan a
tener más efecto.
Luna LLena
La razón y los sentimientos están más distanciados que en
otras fases lunares. Se despierta el lado más instintivo del ser
humano. El cuerpo está más predispuesto a retener líquidos y de
ahí el conocido efecto embriagador de las lunas llenas. También
hay que tener más moderación con la comida, porque el cuerpo
tiende a hincharse y tiene una mayor sensibilidad. Los sueños son
más intensos o coloridos y las emociones están a 'flor de
piel'.
Consejos: No conviene empezar dietas para
adelgazar. Tener cuidado con los posibles efectos secundarios de
los medicamentos. Evitar tomarse las cosas demasiado en serio, el
sentido del humor es una de las mejores terapias en esta fase
lunar. Hacer el amor, por la mayor
sensibilidad.
Luna Menguante
Mientras la Luna va decreciendo en luz, el cuerpo también
tiene más tendencia a desprenderse de todo lo que le sobre. Todo
tiende a secarse, como el cuerpo, que pierde grasa con mayor
facilidad. Después de haber almacenado energías en los 14 días que
la luna ha esta estado creciendo en luz, los otros 14 días que van
de la luna llena o la luna nueva son buenos para usar la energía,
para hacer esfuerzos y sudar. El cuerpo está más preparado para
eliminar toxinas y limpiarse. Los procesos curativos destinados a
eliminar algún foco infeccioso o reducir hinchazones o puntos
irritados funcionarán mejor.
Consejos: Hacer deporte. Empezar una
dieta, el cuerpo la resiste mejor. Beber agua en abundancia el
cuerpo no retiene tantos líquidos. Hacer limpiezas de cutis y
eliminar impurezas de la piel. Cortar el pelo y las uñas si se
quiere un crecimiento con mayor fortaleza, aunque mas
lento.
Fuente:
'El gran libro de la Luna'. Vicente Cassanya. Ediciones Martínez
Roca.