Todas las cosas en su Universo están hechas de energía tanto masculina como femenina. Por lo que ahora es más importante que nunca equilibrar estas energías. Estas energías están siendo integradas en sus corazones, creando y preparando la conciencia del alma y el espíritu. Al hacerlo deben equilibrar un nuevo nivel de lo masculino y lo femenino. Las energías de transformación masculinas son asertivas y dinámicas.Las femeninas son receptivas y le dan forma a la materia.
sábado, 24 de agosto de 2013
jueves, 1 de agosto de 2013
Desenmascarando al ego
Desenmascarando al ego.
- Publicado por Ale39 el julio 31, 2013 a las 10:27pm en LLENAR EL ALMA
Leyendo hace algún tiempo un libro de Yehuda Berg, cuyo solo título
impacta: ‘Satán, una autobiografía de nuestro gran oponente, el ego’;
supe que algún día plantearía en mis lecciones este tema del que tanto
hablamos y tan poco sabemos.
El mero término satán ya asusta. Claro, como no. Si desde pequeños
nos vendieron a este ser como el macabro y sombrío personaje de tridente
y cachos. Yehuda Berg expone en cambio, que satán en sánscrito, se
traduce como “el adversario”, un sinónimo para el Ego (El Gran
Oponente); El gran obstáculo, diría yo. Una fuerza que vive dentro de
cada uno de nosotros y que interfiere el trabajo espiritual que cada
quien viene a realizar. La reflexión de hoy entonces, está inspirada
como siempre por la divinidad en mi interior y por las enseñanzas del
sabio autor citado.
Generalmente el ego se asocia con el concepto de quien tú crees que
eres. Además, es tan hábil que te hace suponer que no existe o en
algunos casos que el y tú, son lo mismo. No es así. Afortunadamente Dios
creó los ángeles, extensiones divinas que te pueden ayudar a recordar
quién eres realmente. Esa es su misión, encender el amor en ti, el amor
que de hecho ya eres, la luz que ya está en ti. A expresar la
majestuosidad de tu ser, que muestres la mejor versión de ti mismo.
El ego es aguantador, te convence de que comas callado, de que no
confrontes al que te maltrata. También es un saboteador de primera. Te
mete zancadilla cada vez que puede, no le des chance. Enséñale quién es
quien. Si algo no te sale, no te entristezcas; acepta y sal adelante. El
ego es vanidoso y no comparte (si lo hace es por obligación o presión) y
no se alegra de las bendiciones ajenas. Ahí te lo voy presentando para
que lo identifiques y desenmascares.
El ego es cerrado, escéptico, no cree en milagros; se divierte
haciéndonos pensar que tomamos una decisión desacertada y nos mantiene
nostálgicos con ideas de: “cómo hubiera sido si esto…qué hubiera pasado
si aquello”. Para el ego la vida es irónica, injusta y las oportunidades
solo le llegan a los demás. Por otro lado, es problemático,
quisquilloso y negativo. Pero despreocúpate, en el Reino de los Cielos,
todas las situaciones ya están resueltas.
El ego se disfraza de la pobre víctima abandonada y abruma con
cuestionamientos como: “Nadie me quiere, todos me dejan. ¿Por qué a mi?,
¿Qué hice yo para merecer esto?. Me siento vacío, vacía”. Nada de eso,
tu ya sabes que puedes elegir la conciencia de creador y no la de
víctima. Además, el amor todo lo sana, todo lo llena.
Para el ego todo es igual, los días transcurren de la misma manera y
no hay nada nuevo por hacer. El ego es resentido, no admite errores, no
perdona porque según su parecer, hay asuntos que son imperdonables. Bajo
esa filosofía, prácticamente nos relacionamos de ego a ego; no de
corazón a corazón. Es cínico, escéptico, terco, nada le gusta y hasta
muy lógico aparenta ser.
Te incita a buscar aprobación por doquier, a rechazar la opinión de
los demás y a adorar a los que están de acuerdo con tu verdad. Ten mucho
cuidado. ¿Qué es eso que tanto no te gusta de ti, que sientes la
imperiosa necesidad de ir agradando a todo el mundo?, ¿Qué es lo que
quieres compensar?
El ego es impaciente y todo lo quiere ya. Es amargado, desagradecido y
se oculta detrás de cada escena de tu vida. Los ángeles son
recordatorios de que la alegría es tu estado natural, pero cuando cedes
el mando al ego, solo aprecias lo que tienes hasta que ya no está.
Para el ego no hay descanso que tenga una verdadera justificación.
“¿Vacaciones? Indiscutiblemente, no. Ya fuiste el año pasado. No hay
manera que te puedas dar ese lujo. Cuando te mueras harto vas a
descansar”. Visualízalo como un capataz, un dictador que te respira en
la nuca cuando te quieres brindar un rato de esparcimiento y esfúmalo
haciendo conciencia del ser merecedor que eres.
El ego limita, resta valor, nos restringe de soñar, de arriesgarnos.
Demerita y nos hace sentir temerosos de nuestra misión y hasta de cobrar
un servicio, por ejemplo en el caso de nosotros los terapeutas
energéticos. ¿Si tú mismo no le das valor a tu terapia, cómo esperar que
los demás si se lo den?
Pero también, tiene su otro filo: así como nos hace menos, también
nos engrandece falsamente, es un experto adulador y se espiritualiza. Le
gustan los elogios, el reconocimiento, las recompensas, la
gratificación inmediata, la auto-importancia y la superioridad. Un ego
espiritualizado, si que es un gran impedimento de crecimiento.
Importante aquí, recordar que nadie es mejor que tú. Nadie está por
debajo tampoco. Somos iguales ante los ojos de Dios y de los ángeles.
Ahora, si de espiritualidad se trata, existen muchas ayudas pero no
atajos ni salidas. Ningún curso de solo unas horas o un fin de semana
nos va a “iluminar”. La espiritualidad es diaria, es un trabajo en
conciencia. Y no hay caminos mejores, solo diferentes. Desconfía de
quien te asegure que su método espiritual es el único, el verdadero, el
mejor.
Cuida tu ser, además, de aquellos maestros que amenazan o demandan a
sus alumnos y los coartan haciéndoles firmar documentos. La grandeza de
un servidor de la luz de Dios no radica en el número de conferencias o
alumnos inscritos en cursos, sino en la cantidad de maestros que
realmente forme. Eso si es servicio.
La buena noticia, es que aunque el ego puede aparecer como una fuente
de permanentes dudas y cuestionamientos, en realidad este adversario es
una herramienta de trascendencia al mismo tiempo. En la medida que
cobras conciencia de su existencia, despiertas y te abres a compartir
amor de manera incondicional, logras que sus trucos y mañas pierdan
fuerza.
No se trata de luchar contra el ego. Es de fluir y desenmascararlo
bajo la comprensión de lo que es y lo que no es también. De aminorar su
influencia y poder, recordando tu origen divino y quién eres.
Transfórmate y transformarás tu vida. ¿Qué te hace falta para estar en
perfecta sintonía con el creador y restarle poder al avasallante ego?
Elijo alinearme con la Voluntad Divina y no con la voluntad de mi ego.
Martha Muñoz Losada.
Angelóloga
Terapeuta en Sanación y Canalización con Arcángeles – Master Reiki Usui
Publicado: http://almaalada.ning.com/group/llenarelala/forum/topic/show?id=2763644:Topic:1197189&xgs=1&xg_source=msg_share_topic
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