jueves, 1 de septiembre de 2011

El Sindrome de princesa


¿Conocían el Síndrome Princesa?


Hacerte la dormida y esperar al príncipe azul.
¡¡cuanta inocencia !!
Mientras las princesas duermen el príncipe se divierte.
Y de repente la Princesa descubrió que no queria comer perdices,
porque preferia la comida vegetariana.

Pero el Principe adoraba las perdices, y  la Princesa tenia que cocinarlas
al horno, fritas, rellenas..... .
El Principe gritaba: -¡Están saladas! - ¡Estas están crudas! - ¡Se te han quemado!
Porque nunca estaban a su gusto. Qué disgusto....

Y lo peor...
¡¡¡¡montada todo el dia en unos enormes zapatos de cristal con tacon de aguja!!!!
Al principio, intentaba poner la espalda recta para conservar el equilibrio, pero poco a poco
se le fueron deslizando por la espalda las ideas e ilusiones.

La Princesa cada vez se encontraba peor: cansada, enferma, deprimida, perdida...
Hasta que un dia decidio contarlo:
-¡Qué hartura de Principe, de perdices y la madre que parió a los tacones!

Reina Madre: -No te quejes... ¡Dónde vas a estar mejor que con un Principe!
Colega Republicano: ¿Pero tú no eres vegetariana y te gusta andar descalza?
Princesa vecina: - No te quejes de tus zapatos... Mi principe es moderno y me hace llevar plataformas de medio metro.

Asi que la Princesa se confundio mas con los comentarios de la gente, y dejo de contarlo y se quedo sola. Sólo tenia a su Principe "amado", la espalda torcida, los pies chafados y el corazón roto.

Pero  un dia tuvo la suerte de verse a si misma en el reflejo de un escaparate...
Y le dio por reirse, de lo inocente que habia sido por pensar que un principe la salvaria... dejó de sentirse culpable, se perdonó y entendió que la única capaz de salvarse era ella misma. Entonces, dijo BASTA.

Y aparecio una hada madrina que era una basta... morena, peluda y un poco bruta. Pero la abrazó y la Princesa se sintio recogida.... fue entonces cuando empezó a llorar.

Primero empezó llorando por el Principe, por las perdices, por los tacones... luego se acordó de su madrastra bipolar que la maltrataba y de su padre que perdió el castillo cuando era pequeña. Lloró tambien por sus hermanas que casi mueren asfixiadas por llevar ropa de Zara de la talla 38.

Lloró por todo... hasta por dos vidas anteriores, por si acaso, para no repetir Karma.
Y se sintió mejor que nunca... VACIA. ¡Con el miedo que le daba a ella quedarse vacia!.
Ahora solo tenia que llenarse de cosas bonitas. Sabia que con la hada basta a su lado lo conseguiría.

Primero, dejó al Principe, a los tacones y a las perdices... y descubrió que quería disfrutar de su cuerpo que tan castigado habia estado.
Se apuntó a clases de danza del vientre que da igual que peses 80 kg y calces un 42. Y así fue como conoció en el camino de trasformación a otros seres como ella.

La ratita presumida ya no es anorexica. Ha engordado unos kilitos y ahora liga más.
La cenicienta y blancanieves estan dejando el Prozac por otras yerbitas. Ahora están más despiertas.
Pinocho esta cansado de creerse sus mentiras y va a terapia Gestalt y toma  flores de Bach.

Ahora estan encantadas de haberse conocido y dispuestas a enseñarle un nuevo cuento a las niñas:
Erase una vez una mujer que no estaba sola y revoloteaba con las perdices....
Y este cuento nunca acaba porque todo continua.



Gracias a mi queridisima amiga Yoyi Suazo (http://www.naifyoupint.blogspot.com/) por llenar de colores mis circos emocionales.  Y a Nunila López por introducir nuevos valores a los mas pequeños.
Y sobre todo.... a esas haditas bastas que cada dia me dicen lo que necesito escuchar y no lo que quiero oir. Soy muy afortunada. Millones de gracias. 
 
Extraido de: http://elladofemenino.blogspot.com/

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