Dimensiones
¿Qué son las dimensiones? ¿Qué significa el cambiar de dimensión?
Todos los antiguos calendarios y profecías
de nuestros ancestros hablan de una nueva Edad de Oro. Una época donde
la potencialidad humana será expandida permitiéndonos manejar cualidades
psíquicas, una consciencia mayor a la que actualmente tenemos y un
entorno donde la armonía y el amor serán predominantes.
El despertar está asociado a la nueva
conciencia también llamada conciencia Crística o búdica, esta tiene que
ver con el reconocimiento colectivo de nuestra esencia, con el saber que
todos somos uno. El despertar dimensional ha llegado para quedarse.
¿Pero que son las dimensiones? ¿Qué significa el cambiar de dimensión?
Las dimensiones son los diferentes estados
de la existencia que experimentamos durante el camino hacia el Ser
Único. Existen siete dimensiones perceptuales que se corresponden a la
octava dimensional donde se encuentra la Tierra en estos momentos.
Igualmente existen otras dimensiones que se corresponden a otras octavas
vibratorias que se encuentran actualmente fuera de nuestra comprensión
humana.
Cambiar de dimensión significa expandir
nuestra conciencia. Así es para nosotros un imposible desde nuestras
creencias, pensar el realidades que no sean la conocida, ya que nuestro
cerebro está entrenado a percibir de una manera determinada. Entonces,
cambiar de dimensión es expandir nuestra forma de percibir la realidad,
de ver las cosas.
La Primera dimensión
es la encargada de convertir a la energía en materia, es la frecuencia
básica de los átomos y las moléculas, por lo tanto es la dimensión del
microcosmos, es la frecuencia vibratoria de activación del ADN. Se puede
decir que maneja un nivel de consciencia elemental referido al
cumplimiento de funciones, o sea una consciencia puntual, sabe cómo
dirigirse de un punto a otro. Los minerales y el agua vibran en esta
frecuencia, los minerales son el aspecto cristalino de la misma, el agua
el aspecto liquido de la misma. Se encuentra en los fluidos y las
corrientes eléctricas del cuerpo humano, activa el código genético e
impulsa energéticamente el sistema celular. Si tomáramos como metáfora
al ser humano para describir las dimensiones, podríamos decir que la
primera dimensión la experimentamos en la etapa pre-fetal, donde somos
un conjunto de potencialidades con un programa de división celular y
mantenimiento de funciones.
La Segunda dimensión
es la frecuencia donde existen la mayoría de los animales y las
plantas. Es también física e impulsa la identidad biológica. Es la
vibración que mantiene la unión entre las especies, lo que se ha llamado
el inconsciente colectivo de las especies, es decir es la forma como se
reconocen los animales de una misma especie para cumplir con sus
funciones reproductoras. No posee diferenciación individual, ni
auto-reconocimiento. En este nivel de conciencia no hay referencia
temporal espacial. La conciencia es lineal o bidimensional. A nivel
geométrico se corresponde con las formas planas como el círculo, el
cuadrado etc. Es la responsable de la variedad biológica y de todas las
energías que se encargan de propiciarla como las fuerzas elementales de
la naturaleza. Siguiendo la metáfora del ser humano, la segunda
dimensión se podría compara con la etapa fetal, flotamos siendo uno con
el entorno, en un estado no egóico, sin referencia temporal/espacial.
La Tercera dimensión
es donde existimos los seres humanos, también es física y el tipo de
conciencia de esta vibración es volumétrica o tridimensional, a nivel
geométrico se perciben formas como el cubo y la esfera y los sólidos
platónicos. Hay una percepción lineal del tiempo y el espacio, con la
capacidad de recordar el pasado, proyectar el futuro estando en el
presente.
Se basa en la polaridad y la ilusión de
separación, en el desarrollo de la identidad individual y la pérdida del
sentido grupal. Esta es la frecuencia donde nos hacemos conscientes de
nosotros mismos, desarrollamos el ego y creemos que estamos separados
del todo. Es en esta dimensión donde nos percibimos más separados del
todo que en ninguna otra, por lo tanto es aquí donde al Ser Único se le
presentan más retos de integración y crecimiento.
En el ser humano comienza a partir del
segundo año de vida, cuando el niño empieza a diferenciarse del entorno
como individuo, a expresar sus deseos, a formar su ego. Es una etapa de
aprendizaje muy importante, donde comienza la fragmentación. En tercera
dimensión experimentamos un proceso de división del Ser que produce lo
que llamamos personalidad. Es parte del trabajo de evolución el recoger y
juntar todas las partes.
La Cuarta dimensión
es la frecuencia donde regresamos a la conciencia de integración
grupal, sin pérdida de la individualidad. Esta frecuencia ha sido
llamada zona arquetipal o inconsciente colectivo, es el lugar donde
residen los sentimientos, las emociones y los sueños. En esta dimensión
percibimos el tiempo en oleadas cíclicas o en forma de espiral. Existe
en un campo cuántico donde se presentan simultáneamente todas las
alternativas y posibilidades. Es la frecuencia de la sincronicidad, la
empatía y la telepatía. Es la última dimensión donde experimentamos con
el cuerpo físico como vehículo de aprendizaje. En esta frecuencia
percibimos la multidimensionalidad y nos damos cuenta de nuestra
responsabilidad, al hacemos consciente que cada una de nuestras acciones
afecta el todo.
En estos momentos nos encontramos despertando a la conciencia de cuarta dimensión y la sentimos sobrepuesta sobre la tercera,
por eso a nivel humano estamos pasando por la necesidad de compartir
con grupos, revisar nuestras relaciones, buscar sanación y crecimiento
con terapias. También es la causa del desmoronamiento de estructuras
físicas, económicas y políticas por mucho tiempo establecidas, que ya no
se corresponden con esta nueva vibración. Y cada vez vamos a ver más
cambios a todos los niveles de aquello que no se corresponda con la
nueva energía.
El cambio dimensional es a todas las
escalas, no solo lo estamos experimentando los seres humanos sino
también la Madre Tierra y a una escala mayor toda la galaxia. El cambio
dimensional no sucede de un día para otro sino por capas paulatinas de
conciencia. Una vez que estemos alertas en la cuarta dimensión se
abrirán suavemente las puertas a quinta y sexta. Aceptar la conciencia
de cuarta dimensión es lo que se ha llamado el salto cuántico y es el
paso más difícil del cambio dimensional ya que este implica un profundo
cambio de creencias. La cuarta dimensión es el portal hacia la
conciencia Crística. La conciencia Crística es aquella conciencia
colectiva que se reconoce a si misma como Unidad.
La quinta dimensión
es la frecuencia de la sabiduría y es totalmente pura energía. Es donde
se encuentran los Maestros Ascendidos y los espíritus guías. En quinta
experimentamos el fundirnos con el grupo de almas al cual pertenecemos
vibracionalmente y al Ser superior o Multidimensional. Es la dimensión
donde recordamos quiénes somos y despertando nuestra sabiduría interna.
Es en esta dimensión donde se experimenta la conciencia grupal que forma
un solo Ser de mayores dimensiones. Es una frecuencia energética, no
física. El tiempo es un continuo, solo existe el ahora eterno. Muchos de
los seres que están en esa dimensión al contactarse con su sabiduría,
escogen ser los guías espirituales de los que estamos en la dimensión
física, como parte de su servicio en el proceso de evolución. Muchos de
los seres canalizados hoy en día que se presentan como una conciencia de
grupo están en quinta dimensión, así mismo cuando hacemos contacto con
nuestro Yo Superior estamos viviendo una experiencia de quinta. Como es
una dimensión de luz percibimos holográficamente y en formas lumínicas
de una gran intensidad, muchas veces geométricas.
La diferencia entre quinta y sexta así como entre sexta y séptima no es tan evidente
como la de cuarta y tercera, a partir de quinta las dimensiones se
encuentran solapadas o fundidas y sus fronteras son difusas, esto es
debido a que estamos hablando de energía y no de materia.
La sexta dimensión
es la frecuencia que se ha llamado Crística o Búdica, porque es allí
donde se llega el estado de remembranza total, donde se toma
responsabilidad por el todo y se es el todo. Es un estado de conciencia
compasiva, la famosa iluminación. Es el regreso a casa, al Ser Único. En
sexta el proceso de evolución del Ser y el Todo se experimentan como
Uno, es el lugar de la conciencia ilimitada y unificada. Esta frecuencia
se manifiesta como individual y colectiva simultáneamente. La sexta
dimensión es la creadora de las matrices morfogénicas que se manifiestan
en otras dimensiones como tercera, segunda y primera. Estas matrices
son las formas geométricas y las redes que llamamos geometría sagrada,
son los patrones geométricos de luz creadores de vida y responsables de
su materialización.
La séptima dimensión
es la frecuencia de la integración total, ya no quedan partes
dispersas, la conciencia se experimenta multidimensionalmente, es decir
se tiene conocimiento de las partes que alguna vez estuvieron
desmembradas en el pasado con una nueva perspectiva de integración. Allí
se encuentran los seres que están y son puro amor. Es una dimensión
energética donde no existe la forma. Es la dimensión del reino angélico y
las conciencias de luz pura.
"Aquellos que no aprenden nada
de los hechos desagradables de sus vidas,
fuerzan a la conciencia cósmica
a que los reproduzca tantas veces como sea necesario,
para aprender lo que enseña el drama de lo sucedido.
Lo que niegas te somete.
Lo que aceptas te transforma."
C. G. Jung
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