miércoles, 9 de febrero de 2011








Blanca,

como la nieve de las montañas, la espuma del mar y la luminosa pureza.

Roja,  

como la sangre de la vida, el fuego creador y la poderosa pasión.

Negra, 

como el firmamento infinito, la fértil tierra y la profunda sabiduría.

Ella es la Señora del Grial 

y el Eterno Amor.

 

Kababelan 2005




 

 

 


 


Dana, Diana, Artemisa, la Señora de los Bosques, la Cazadora, ... infinitos nombres para designar a ese arquetipo y poder femenino que subyace inmanente en la Creación y al mismo tiempo es transcendente al espacio y al tiempo. La Señora, simbolizada por la luna en el cielo o por la serpiente en la tierra, fue venerada durante muchos siglos en esta humanidad. 
La Cazadora o Señora del Bosque, era la cazadora de almas.
El Cazador o Señor de los Animales, era su contrapolo y amante. 

En aquel mundo primigenio estos eran arquetipos válidos, aunque hoy en día puedan no decirnos nada. 

La Señora de las Serpientes era la poseedora de la sabiduría y la inmortalidad. 
 

Cuando los dogmas religiosos patriarcales dominaron la mente humana supuso el destierro de la diosa. Ella fue a partir de entonces la novia perdida del arquetipo divino masculino. Expulsada al subconsciente de la humanidad espera el momento de su regreso para hacer reverdecer de nuevo el yermo corazón humano. 

La búsqueda mítica del grial es la búsqueda de ese arquetipo divino femenino, el que encierra las llaves de la verdadera plenitud y libertad. 

La espiral de la evolución debe dar necesariamente un nuevo giro, y en el horizonte de un futuro  superior espera siempre Ella.  

 
     

Dos serpientes aladas o dragones, con su poder ígneo, se enlazan y abrazan la copa que evoca al grial.

1 comentario:

  1. Que curioso, he estado buscando sobre ésta información, durante mucho tiempo y al fin la he encontrado. Muchas gracias por tú aportación a mi conocimiento.

    Un saludo

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